El Yoga Integral, también llamado Purna Yoga o Yoga Completo fue creado por Sri Aurobindo, uno de los pensadores y poetas indios más brillantes de todos los tiempos, (1872-1950), India. Aurobindo ideó la articulación de los métodos tradicionales de Yoga, hasta entonces separados por sus respectivos seguidores, para adaptar las técnicas del pasado a los tiempos presentes. Fue así que promovió la práctica conjunta de todo el Yoga y especialmente del Hatha, Raja, Karma, Bhakti, Jnana y Tantra Yoga.
Aurobindo consideraba al ser humano, no como un ser terminado, sino como un ser en transición, la continuación del proceso evolutivo de la naturaleza.
El Yoga Integral es el arte de vivir armónica y creativamente desde la experiencia integral del Ser. Es una ciencia psicofísica espiritual (no religiosa), cuyo propósito es la transformación de nuestra forma de ser, pensar, ver y sentir, superficial, rígida y fragmentada, en una profunda y amplia conciencia espiritual, una existencia interna y externa integradas y una transformación de nuestro modo ordinario de vivir en un camino de vida divino.
En una clase se realizan series de posturas y su compensación, siempre acompañadas de una correcta respiración. Al aplicar los diferentes ejercicios se logra movilizar la energía que contienen los músculos, las articulaciones y los órganos, permitiendo que la energía fluya en diferentes formas. De esta manera se consigue gradualmente, clase a clase, desbloquear las corazas somáticas y armonizar los tres planos existenciales del ser humano, es decir, que obran a un mismo tiempo sobre el plano físico, mental y espiritual de cada individuo. Cada ejercicio de yoga tiene distintas variantes y puede ser aplicado a diversos estilos de yoga, ya sean estos estáticos, dinámicos, rítmicos o eclécticos.
Una experiencia que nos enseña a abrir el manantial de inspiración creativa que mora en el psiquismo de todo ser humano, nos procura una ecuanimidad que preserva la llama de lo eterno en medio de las tormentas y tensiones de la vida social y nos induce a participar activamente en el ser del mundo y a fomentar el desarrollo de lo Divino en el proceso de la humanidad.
Esta experiencia integral que se asienta sobre una visión integral del mundo (la forma de concebir el mundo y la vida) gravita en torno al concepto de multidimensionalidad del Ser (Brahman). Las distintas confesiones religiosas y los diferentes sistemas metafísicos no son más que intentos de describir ese Ser que constituye el fundamento último de toda existencia y que, básicamente, presenta dos aspectos o dimensiones inseparables, la eternidad trascendente (Shiva) y el dinamismo universal (Shakti), la energía creativa del Ser, la creadora de toda forma, cualidad, valor, modalidad de existencia, nivel de conciencia, etc.
El proceso universal, que engloba la naturaleza y la historia, la materia y el espíritu, es la manifestación de la energía creativa del Ser. Nuestro yo constituye un centro activo de expresión del Ser, una chispa de la hoguera divina que participa de su vida eterna y de su aventura creativa. Cada uno de nosotros es, en esencia, un hijo de la inmortalidad, una expresión focalizada de ese impulso vital cuyo único objetivo consiste en convertirse en un canal de expresión de las ignotas posibilidades del Ser actualizando su verdadero yo como centro único de la libertad creativa y fuente activa de nuevos valores.
El Yoga Integral es el arte que nos enseña a alcanzar la realización dinámica de uno mismo.
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