Yoga para el cáncer.

Beneficios del yoga para el paciente oncológico
El yoga combina movimientos físicos, técnicas de respiración, relajación y meditación que benefician tanto física como mentalmente al paciente oncológico. 

Fortalece el sistema inmunológico
El sistema inmunológico comprende todos los sistemas del cuerpo. Nuestras células necesitan una fuente constante de oxígeno para llegar a cada parte del cuerpo y el yoga fortalece nuestro sistema cardiovascular, haciendo que el corazón bombee sangre oxigenada a nuestro organismo. El sistema linfático, va muy unido al cardiovascular, sin embargo, a diferencia de éste, carece de una bomba como el corazón que le ayude. Depende por lo tanto de la gravedad y del movimiento muscular, sobre todo del diafragma. Los ejercicios de respiración por lo tanto son esenciales en este proceso. Además los ejercicios de yoga mueven linfa hacia el conducto torácico desde las piernas, cabeza, brazos para pasar por el hígado, los riñones y finalmente la vejiga para su expulsión. Quiero resaltar que el yoga para afectados por cáncer no es sinónimo de yoga pasivo o restaurativo. Es importante que se realicen ejercicios que ayuden a incrementar el ritmo cardíaco para aumentar el oxígeno en sangre. Esto a su vez ayuda a controlar el aumento de peso que el tratamiento del cáncer haya podido causar.

 

Fortalece el cuerpo
Durante el tratamiento contra el cáncer, es común sentir fatiga y cansancio extremo. Si dejamos de movernos, los músculos pueden llegar incluso a atrofiarse. Además, los tratamientos contra el cáncer destruyen células cancerígenas pero también células sanas, lo que provoca un desequilibrio que debilita nuestros músculos y huesos. El yoga trabaja y fortalece los músculos de manera suave y ayuda a la construcción de hueso de manera segura. Por ejemplo, los ejercicios de equilibrio ayudan a crear hueso nuevo donde más lo necesitamos.

Aumenta el rango de movimiento y la flexibilidad
Decir que no practicas yoga porque no eres flexible es lo mismo que decir que no te lavas porque estás sucio. Con una práctica regular, el cuerpo se va abriendo, liberando de tensiones y volviéndose más flexible, aumentando así el rango de movimiento. Esto es especialmente importante tras una intervención quirúrgica donde se crean cicatrices alrededor de los músculos y articulaciones. Los movimientos suaves de mis clases de yoga ayudan a la cicatrización y al incremento de flexibilidad en los tejidos.

Ayuda a manejar el miedo y la ansiedad
Cuando estamos ante algo nuevo, cuando tenemos que enfrentarnos a algo que nunca hemos vivido, nos invade la incertidumbre y se genera la ansiedad. Este estado de ansiedad afecta a la calidad de sueño, provocando insomnio e incluso puede conducir a la depresión. La ansiedad debilita el cuerpo y la mente cuando más fuertes tenemos que estar para poder afrontar lo que se nos presenta. El yoga activa el sistema parasimpático, es decir, que calma nuestro sistema nervioso, volviéndonos más lúcidos y fuertes ante situaciones imprevistas o nuevas. Numerosos estudios muestran que el yoga es más efectivo a la hora de calmar la mente que otros ejercicios suaves recomendados contra la ansiedad, como el caminar.

Mejora el bienestar general
Con un sistema inmunológico más fuerte, un cuerpo fuerte y flexible y una mente serena y relajada, se puede entender como nuestro bienestar físico y mental mejora. Los pensamientos negativos activan la hormona del estrés, lo que nos hace más vulnerables ante enfermedades como el cáncer. El yoga entrena la mente y la vuelve más fuerte, ayudando a disminuir los pensamientos negativos y a aumentar el sentimiento de calma. El yoga nos fortalece mentalmente, nos ayuda para tomar las riendas de nuestras vida, a definir la vida según nuestros propios términos, mejorando nuestra autoestima. Aprendes a aceptar que todo en esta vida es cambio y a estar bien con estos cambios.

Lo hermoso del yoga es que es para todo el mundo, independientemente de la edad o condición física de cada uno. Eso sí, hay que practicarlo junto con un profesional para que cada postura se pueda adaptar convenientemente. Cada asana (postura) tiene infinidad de variantes y alternativas, que permiten obtener los mismos beneficios practicando de manera diferente. Por naturaleza, el ser humano actúa guiado por el ego y se empeña en adaptar el cuerpo a la postura (o a la idea de cómo una postura tiene que ser) y esto conduce a lesiones. Lo que hay que hacer es adaptar el yoga al cuerpo. Solo así se puede avanzar en el camino personal.

“Los pacientes con cáncer pueden encontrar en las milenarias enseñanzas del yoga una gran ayuda para mejorar su calidad de vida y enfrentarse a la enfermedad”.

Conocer las asanas restaurativas más recomendables para fortalecer el sistema inmunológico y la autoestima, aportar bienestar y calmar la fatiga.

Artículo Yoga para el cáncer en YogaFit, por Angélica Solana (Directora y Profesora de Yoga en Samsara Yoga Wellness).

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Yoga Fit yoga-CANCER

Cáncer y Yoga Restaurativo 

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